El régimen aduanero determina la situación jurídica de las mercancías antes de su entrada en un territorio determinado. En él se describen los trámites necesarios a cumplir con las autoridades administrativas y aduaneras de un país para obtener la libre circulación de mercancías a escala nacional.
Los regímenes aduaneros se caracterizan por su gran flexibilidad en respuesta a las necesidades cambiantes. También pueden responder de acuerdo con las limitaciones específicas de los distintos sectores de actividad.
Características de los regímenes aduaneros
Podemos distinguir tres familias principales de normativas internacionales que agrupan varias costumbres:
Regímenes básicos o procedimientos comunes: se refieren a todas las importaciones y exportaciones identificadas en un territorio. Ayudan a determinar el valor de los bienes y los impuestos nacionales como el IVA. El procedimiento aduanero se denomina “despacho a libre práctica (y consumo)”.
Procedimiento suspensivo aduanero o procedimiento de tránsito comunitario: los procedimientos de tránsito comunitario tales como T1 y T2, así como el sistema de tránsito por carretera internacional (TIR) pertenecen a esta categoría. Este tipo de régimen ayuda a evitar la congestión en fronteras y aeropuertos. Las medidas más ligeras en cuanto a trámites administrativos también apuntan a facilitar el acceso a un país.
Regímenes económicos: estos incluyen actualizaciones activas y pasivas, trámites de almacenaje, admisiones temporales y tramitación bajo control aduanero. La disparidad y complejidad de estas regulaciones puede justificarse por la necesidad de responder a los intereses económicos y competidores en el comercio internacional.
Requisitos para el registro en un régimen aduanero
La solicitud debe ser precisa y muy rigurosa en cuanto a trámites administrativos. Incluyen:
- Una solicitud de autorización común a todos los regímenes.
- La declaración aduanera que permite al importador obtener una autorización temporal o permanente.
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